He vuelto al colegio, de alumno quiero decir. Bueno nunca he estado en ningún colegio no siendo de alumno, exceptuando de padre, miembro de Apa o del Consejo Escolar. Ya estudié la carrera de adulto, bastante adulto. Pero en esta ocasión es diferente. En primer lugar porque voy acompañado de mi esposa-compañera. En segundo porque es un grado medio de ebanistería y nunca había estado en la Formación Profesional. En tercero porque es en horario habitual lectivo y con compañeros algunos incluso menores de edad. No obstante hay otros compañeros de edad superior a la mía, incluso con titulación universitaria y pre-jubilados. En mi caso lo hago en activo en mi vida laboral, con turnos que me impedirán acudir a clase en numerosas ocasiones. Aún así estoy ilusionado. El estudio es una terapia contra la pre-vejez y la pre-desilusión. Además hay que estar preparado por su fuera necesario (no lo creo). En fin os lo cuento porque creo que se puede motivar a la gente con cosas o situaciones que pueden parecer inesperadas o inoportunas. Siempre hay algo, bastante que aprender y muchas personas que te pueden enseñar.
También lo quiero ver desde el punto de vista de observador del sistema educativo: bastante criticado, desde dentro, como usuario directo y sin intermediarios... ya os contaré, si lo veo necesario...
El espíritu es joven mientras se tienen curiosidad y deseos de aprender.
ResponderEliminarYo, que ya tengo el pelo blanco y escaso, sigo teniendo vocación de alumno.
Lo importante es aprender... suerte en este curso!
ResponderEliminarEl estudio es una terapia contra la pre-vejez y la pre-desilusión...
ResponderEliminarEs la gran lección de este magnífico artículo !
Saludos
Mark de Zabaleta