lunes, 12 de diciembre de 2011

Entre trabajo, trabajos y exámenes...

Es duro el oficio de estudiante. Los profesores te exigen, como es su obligación. La culpa es mía, podría buscar otro método para mantener en forma mis neuronas. Las terapias son costosas, o en dinero o en tiempo. Adaptar el trabajo con el horario escolar -de mañana- es a veces complicado, aunque trabaje a tres turnos. Dormir se convierte en una tarea difícil. Ahora con las navidades llegan los exámenes, vuelven los agobios y los nervios... Es duro el trabajo del estudiante.

3 comentarios:

  1. Pero gratificante, ¿no? Supongo que, a cierta edad, cuando uno se decide a estudiar es porque le apetece, más que por una necesidad imperiosa (incluso de mantener ocupadas las neuronas).

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  2. Pues si, es cierto. Ya estudié una carrera de mayor en la UNED. Ahora me he decidido por un grado de FP y presencial, es muy distinto. Hago un curso de Ebanistería artística: para hacerme un arca por si "esto" se hunde...

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  3. El estudio es el mejor de los trabajos cuando gusta. No tengo la menor duda. Aprender es muy gratificante.
    Un abrazo

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